Aunque mañana os colgaré mi tribuna en El Confidencial, donde comprobaréis que no sólo defiendo sino que sigo aportando elementos que refuerzan mis ideas en torno a lo que espero de Wall Street y, por ende, del universo conocido, no está de más que confiese lo que me han transmitido los precios estos días a nivel sensaciones. Si Soros se preocupa cuando le duele la espalda, yo también tengo derecho a mis paranoias… Y además de confesarlas a diario en Ágora EAFI, no las escondo en Capital Radio.